Un encargo para las prisiones de Arabia Saudí lleva a la empresa familiar a mejorar la seguridad de sus fuentes de agua internacionales. El trabajo para Arabia Saudí no es una excepción en la trayectoria de la compañía, que enfoca sus esfuerzos de I+D en desarrollar productos nuevos .
Elmundo.es 11/12/2014
Batieron a sus rivales norteamericanos y europeos. La empresa familiar Canaletas, que tiene 49 años de experiencia en fuentes de agua a sus espaldas, consiguió hacerse un hueco en el concurso del gobierno de Arabia Saudí –a través de una distribuidora–para fabricar las fuentes «antivandálicas» que usarán los internos en sus prisiones.
Entre las innovaciones que incorpora la fuente desarrollada expresamente para su nuevo cliente, Canaletas ha desarrollado una chapa de acero inoxidable más gruesa –de dos milímetros, cuando usualmente es de entre 0,8 y 1,5, además de contar con una potencia mayor a la habitual, lo que les ha obligado a tocar algo más que el motor: también el depósito y la parte refrigerante.
Pero más importante aún, como se trata de una cuestión de máxima seguridad, el gobierno necesitaba que las fuentes «no tuvieran ninguna parte punzante ni desmontable», explica Jordi Morera, director general de Canaletas. Y sigue: «Su principal preocupación es que nada de lo que haya en las cárceles, incluidas las fuentes, se pueda usar para peleas entre presos». Por eso, la empresa catalana ha creado una fuente a medida de las peticiones del cliente, que ha tardado un año en desarrollar desde los primeros contactos hasta llegar a la venta. Para empezar, han servido las primeras 100 unidades, si bien se espera que en los próximos tres o cuatro años lleguen a las 800. Lo más cerca que habían estado de desarrollar un producto con la mirada tan puesta en la seguridad era para pistas de tenis o colegios, donde preocupa especialmente la integridad de los más pequeños.
El trabajo para Arabia Saudí no es una excepción en la trayectoria de la compañía, que enfoca sus esfuerzos de I+D en desarrollar productos nuevos pero también en cumplir las demandas formuladas por sus clientes. «Si es un producto viable y rentable, lo hacemos», no duda Morera. «Un proyecto de estas características de un cliente es un pedido seguro mientras nuestra innovación siempre es una incógnita cómo funcionará», cuenta sobre los retrasos que a veces sufren sus proyectos propios a causa de la prioridad que le confieren a las peticiones de otras empresas.
Canaletas – dirigida ahora por la segunda generación familiar – ha sabido esquivar la crisis. Sus 30 trabajadores fabrican unidades de fuentes que se exportan después, en un 40%, a múltiples países, entre los que se encuentran algunos europeos como Francia, del Norte de África y países del Golfo Pérsico, donde entraron sobre todo después de asistir a una feria en Dubái o a misiones de la cámara de comercio metalúrgica. El suyo ya es un negocio global gracias, esencialmente, a Internet.
Actualmente, Canaletas está homologando fuentes para el gobierno polaco y desarrolla una fuente totalmente empotrada en la pared para competir con el mercado estadounidense. «De hecho nuestra competencia general es del mundo entero, pero nosotros conseguimos desarrollar a medida sin que se dispare el precio», opina el director de la firma barcelonesa, quien observa como tendencias en el sector «la búsqueda de la calidad del agua», es decir, que la fuente o el equipo de depuración no dañen su potabilidad.
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